La Alianza del Pacífico y el Mercosur
Ha habido, tras 12 años, un cambio de gobierno en Argentina algo que muchas personas no esperaban que sucediera debido a la fortaleza del kirchnerismo dirigido a políticas sociales de contención como también la falta de distinción y solidez de los partidos opositores. Tras un período de muchas sorpresas, y ajustes de varios meses, en poco tiempo se han generado controversias en torno al partido gobernante y el inicio de políticas que buscan ampliar el camino hecho por el país hasta ahora. Una de estas ampliaciones es el acercamiento a la Alianza del Pacífico, el grupo de países latinoamericanos que han firmado tratados de libre comercio con EEUU y son parte de TPP impulsado también por el país del norte.
La necesidad de acercamiento e identificación de este potencial nuevo bloque económico es algo que he hablado en una oportunidad hace unos años pero que ha retomado fuerza en los últimos días.
La repercusión entre autores y multimedios se ha hecho esperar hasta el momento de un gesto claro del presidente argentino en colocar a la Argentina como observador de la AP. Claramente el impacto ha sido heterogéneo, con posturas muy distintas entre sí y con intencionalidades particulares hacia la gente.
Antes de avanzar en torno al tema, una aclaración importante sobre qué significa ser "observador". En la web de la Alianza lo explicita como miembro participante de las reuniones, previo acuerdo con los Estados parte, con derecho de voz únicamente. Para ser miembro pleno de la Alianza del Pacífico se debe tener con al menos de la mitad de los miembros tratados de libre comercio (TLC), datos no menores y que son esenciales para dar cuenta del rol que busca tener Argentina en una coyuntura de búsqueda de integración interbloques.
Por un lado tenemos las posturas anti-TPP / Alianza del Pacífico que aluden razones "ideológicas" y de la defensa de la "Patria Grande" como también del Mercosur. Justificaciones muy nobles y casi heroicas se podría decir para quien carece de información previa y comienza a interiorizarse del tema, mientras que para el ojo atento vemos razones injustificadas como también sin sustento real.
En primer lugar tenemos las razones en torno a la ideología, algo de caracter dudoso dado que enumerar ideas, englobarlas y darles cohesión es de por sí un desafío como también poner en aprieto a cualquier defensor de una postura anti comercio. Ejemplos de ideas realizadas por el kirchnerismo han sido la propuesta de libre comercio con China, la relación comercial con Chile a tasa arancelaria cero, el intento de acercamiento de Cristina Fernández con EEUU. a pesar que el gobierno norteamericano no se guardó demasiado las críticas.
En segundo lugar tenemos la defensa de una Patria Grande, que en primera instancia sería el Mercosur (sigue existiendo) al cual se lo saboteó con medidas no arancelarias, trabas burocráticas que entorpecieron las relaciones con los vecinos por cuestiones de divisas a pesar de ser un bloque regional de libre comercio con integración productiva y unión aduanera. No solo Uruguay y Chile han mencionado esta situación también Brasil ha hecho llamamientos al respecto quedando el apoyo hacia la patria en un nivel discursivo para envalentonar una cruzada política local.
Las propuestas de mayor y mejor flujo comercial entre los bloques de libre comercio debería ser visto como una oportunidad para las poblaciones de los distintos países en lograr una mejora en el bienestar de la sociedad. Las oportunidades de negocio son sinónimo de trabajo y desarrollo económico como también de nuevos emprendedores buscando satisfacer demandas no anticipadas por las nuevas relaciones comerciales y sociales entre los países latinoamericanos.
Es bueno resaltar que sin importar el color y orientación partidaria de la coyuntura que se quiera mencionar, la cercanía con EEUU como también con otras potencias del planeta es un factor en común con todos los líderes de latinoamérica. La discusión no debe ser si está mal sino en qué términos se realizará la misma, algo que nadie se ha animado a hablar aún. Sólo el diario Perfil tuvo una postura clarificadora en torno a este tema entrevistando al embajador chileno en Argentina. La demanda de información debe ser encauzada a cómo la sociedad de nuestro país como del resto del bloque mercosureño puede ser partícipe y hacer escuchar su voz en los nuevos acercamientos regionales.